martes, 27 de noviembre de 2012

3.5 Conservación In Vitro

3.5 Conservación In Vitro
Existen variadas estrategias de conservación de recursos fitogenéticos, las cuales dependen del tipo de germoplasma y de los objetivos de la conservación. En el caso de especies que desarrollan semillas de tipo ortodoxas (cereales, leguminosas, oleaginosas, forrajeras) el sistema de conservación recomendable son los bancos de germoplasma, sin embargo existe un número importante de especies que se caracterizan por no producir semilla botánica, teniendo como alternativa de reproducción órganos vegetativos, como tubérculos, rizomas, bulbos etc. Para este grupo la conservación de germoplasma en campo es una alternativa, pero ofrece dificultades de manejo y riesgo de pérdida por condiciones climáticas adversas o catástrofes naturales. En este caso las técnicas recomendables son el cultivo in vitro y la criopreservación.
La criopreservación, otra técnica de laboratorio, se basa en la reducción y detención de las funciones metabólicas de los materiales biológicos a temperatura del nitrógeno líquido, es decir a -196 ºC, manteniendo por periodos indefinidos, la viabilidad de los materiales conservados.
El cultivo in vitro es un método de propagación de plantas de aplicación profesional, puesto que se realiza en laboratorio, en unas condiciones estériles y con unas instalaciones especiales. Lo fundamental es que se hace en unas condiciones muy controladas y totalmente estériles: utensilios, cámara de manipulación, etc., todo está desinfectado en autoclave. La planta ya desarrollada en el cultivo in vitro necesita una primera aclimatación en el laboratorio; en el invernadero y después una segunda aclimatación en el campo. Los viveros grandes realizan ambas operaciones; otros sólo se encargan del primer paso.

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