La técnica aséptica
se utiliza para prevenir la introducción de organismos adicionales al cultivo.
Se han desarrollado y
aplicado diversos procesos de desinfección y esterilización para limitar o
eliminar la presencia de microorganismos. La esterilización es un método de
eliminación total de cualquier forma viviente, mientras que la desinfección es
un proceso que elimina únicamente formas vegetativas de los microorganismos.
La esterilización con
calor seco y húmedo son los procedimientos de mayor utilización. El calor seco
desnaturaliza las enzimas y destruye a los microorganismos por oxidación, por
ejemplo al ponerlos directamente a la flama de un mechero o en horno a 150-180°
C durante 2 horas. Estos métodos se aplican principalmente en la esterilización
de asas de inoculación y todo tipo de material de vidrio y quirúrgico.
Los procesos con
calor húmedo se aplican para esterilizar medios de cultivo, soluciones y
cultivos bacterianos que se desechan. El más recomendable es el autoclave en el
que se utiliza vapor de agua a presión para alcanzar temperaturas de 121 °C. El
material se deja a esta temperatura durante 15 minutos para asegurarse de la
destrucción de endosporas, que son las estructuras bacterianas más resistentes
al calor.
Para el caso de
materiales plásticos es recomendable el uso de gases como oxido de etileno o
con radiaciones gamma. Las superficies generalmente se desinfectan con
radiaciones U.V. o compuestos químicos en forma líquida como: los fenoles,
compuestos cuaternarios de amonio (alquildimetil bencilamonio), formaldehído,
alcoholes, halógenos y detergentes.
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